Cuando pensamos, sentimos y expresamos lo que queremos decir con naturalidad, siendo coherentes y sin miedo a que nos juzguen, esto nos hace actuar seguros de nosotros mismos, confiados y tranquilos de aquello que para nosotros es importante. Sin embargo, hay veces en la que se ponen en marcha una serie de mecanismos de defensa en nosotros que nos lleva a reaccionar de forma poco beneficiosa para nosotros: atacamos, huimos o nos bloqueamos. Ante éstas reacciones no podemos pensar con claridad, ver las situaciones con perspectiva y poner una solución de forma adecuada ante una dificultad que nos surja. Nos sentimos amenazados y vemos las situaciones como peligrosas. Todo esto nos lleva a un estado de ansiedad del que a veces es difícil salir.
Sigue leyendo →