En los momentos difíciles por los que solemos pasar a lo largo de nuestra vida en muchas ocasiones, nos sentimos impotentes para poder hacerles frente y no vemos salida a los problemas. Si somos sinceros y honestos con nosotros mismos, esto sólo puede reflejar el hecho de que creemos y asumimos que lo único que de verdad cuenta son las circunstancias. Por eso, es imposible que yo disfrute de mi trabajo si tengo un jefe insoportable, que mire a la vida con alegría e ilusión si estoy enfermo, que no me sienta superado cuando tengo que hacer frente a mil cosas a la vez: el trabajo, la familia, las tareas pendientes, los imprevistos…
Es indiscutible que muchas de las veces nos pasamos la vida siendo víctimas de las circunstancias y por ello con frecuencia caminamos por la vida agotados, con miedos y profundamente frustrados y desanimados. Con ésta mentalidad nos hacemos víctimas, asumimos que no somos libres y plenos y esclavos de las circunstancias. Sigue leyendo →